¿Qué me hace falta para aprender rumano?
Si lees este artículo estoy segura de que más de una vez te habrás preguntado: ¿Qué me hace falta para aprender rumano? Para aprender rumano, en general, hay que disponer de motivación, buenos materiales y/o un buen curso/instructor.
Sin haber siquiera empezado con el estudio del rumano, todos soñamos con poder entender el idioma, al cabo de un tiempo, producir estructuras lingüísticas viables y, al final, dominarlo, con un nivel bastante alto.

El curso de rumano que vas a encontrar en nuestra página no impone requisitos previos de conocimiento de esta lengua al alumnado. Sin embargo, todos los que quieren adquirir un cierto nivel del rumano como segunda o tercera lengua extranjera, deberían partir de las siguientes premisas para su adquisición:
1. El papel de la motivación y del input en el proceso de aprendizaje
Entre las teorías de adquisición de idiomas, la hipótesis del filtro emocional reitera que los alumnos motivados obtienen mejores resultados en el aprendizaje de lenguas. Si es tu caso, tienes que saber que estudiantes como tú, interesados en aprender rumano, están más abiertos al input de la lengua meta que reciben de su entorno y éste puede estructurar más profundamente los conocimientos adquiridos.
De la misma manera, los alumnos que tienen pareja o amigos hablantes nativos del rumano, buscan de forma natural más ocasiones de contacto con su idioma, lo cual repercute en una mejora del aprendizaje en su conjunto.

Pero, aunque la exposición al rumano y la motivación para aprenderlo juegan un papel extremadamente importante, la experiencia ha demostrado que, sin actividades de producción de lengua, las dos premisas son claramente insuficientes para la formación de estudiantes competentes en las cuatro habilidades en rumano. Entonces, ¿qué es lo que falta?
2. La importancia de interaccionar con un hablante nativo
Desde un principio, se sabe que el ser humano es un ser social y, por tanto, la interacción interpersonal juega un papel central en el aprendizaje de idiomas, siendo éstos tanto la lengua materna, como la segunda lengua.
Desde la perspectiva interaccionista, la cooperación entre hablantes es determinante en la adquisición de cualquier nuevo idioma. Es también el caso del rumano. Esta colaboración con la única finalidad de dominar la lengua rumana puede darse, entre un hablante nativo (pareja, amigo tuyo, nativo rumano) y tú mismo como aprendiz, o si prefieres, entre dos o más estudiantes de rumano, como tú, que se comunican entre sí (véase programas de intercambios de estudiantes).
De forma natural, las conversaciones son fruto de la relación social.

Para que la adquisición del idioma rumano se produzca más fácilmente, organiza con frecuencia encuentros lingüísticos en varios contextos. En la conversación que se entabla entre vosotros tiene que intervenir, como mínimo, un hablante más experto, ya sea el profesor o un amigo, que actuará de mediador.
Por tanto, se aconseja buscar formas de interaccionar el tiempo que necesites con gente nativa o conocedora de este idioma. A falta de ello, seguir cursos online y exponerte a un input variado, preferiblemente a diario.
Cuando se busca la información en rumano (escrita, audio-visual, etc.), hay que tener en cuenta que, según la hipótesis del input comprensible, una lengua se puede adquirir (no aprender) mediante la comprensión de mensajes que están ligeramente por encima de tu nivel actual de competencia adquirida.No vale, por tanto, leer libros de cuentos y escuchar canciones infantiles si ya estás dejando atrás el nivel A1. ¡Sé exigente y ponte retos más complicados!
3. Producir estructuras en rumano, una meta imprescindible
Aparte de todo esto, es deseable sumergirse en circunstancias en las cuales participes de forma activa en tu exposición al rumano, y no jugar el papel de mero receptor. ¡Practicar y producir estructuras en rumano es clave para tu avance! Cuanto más diversas sean las circunstancias, más evidente va a ser tu progreso.

Además, está demostrado que, si en un discurso “nativo – no nativo”, el primero es el que planifica la conversación, en un tándem entre estudiantes, cada uno de vosotros se ve obligado a asumir la responsabilidad de planificar el diálogo, obteniéndose un resultando conjunto, de nivel similar, mediante la cooperación de ambos.
El aprendizaje de un idioma es una forma de interacción social.
4. Comunicarte es aprender. Exige una comunicación dinámica
Seguro que, aparte de los hablantes nativos de tu entorno, vas a encontrar algún estudiante interesado en practicar rumano, aunque sea en un tándem online. ¡Acepta el reto! De esta manera crearás hábitos lingüísticos nuevos en este idioma. Cada estudiante va a aportar al encuentro su perspectiva sobre varios temas de discusión, lo que enriquecerá la experiencia de ambas partes.
En la misma línea, se dice que todo aprendizaje es el éxito alcanzado cooperativamente entre el instructor y el estudiante. En este proceso de facilitación del nuevo idioma, tienes que tomar en consideración que el nativo o el instructor desempeñará un papel de “andamiaje” para ti, su interlocutor con menos nivel.

Su posición consiste en crear unas condiciones que favorezcan la comprensión y producción de mensajes por tu parte, como aprendiz, pero también el avance y consolidación de tu repertorio lingüístico.
Por eso, es importante requerirle una cierta preparación de los encuentros, para tener la certeza de que vas a conseguir, en cada sesión, la meta propuesta.
5. ¿Contenido o forma? No te pongas zancadillas…
Diversos estudios indican que, en el aprendizaje de un idioma, hay que llegar a esa la capacidad de los hablantes de poder, de modo natural, centrar su atención simultáneamente sobre el contenido de los mensajes y sobre las formas lingüísticas empleadas, sin pensar demasiado en ellas.

Tampoco olvides este aspecto.
¡Sumérgete, repite, practica, reflexiona sobre el rumano, piensa más a menudo en el nuevo idioma, deja de un lado el bloqueo y lánzate a producir mensajes nuevos en la lengua que quieres dominar!
La base del éxito reside en la comunicación.